top of page
  • Black Facebook Icon
Buscar

EL PARQUE "HIGH LINE " / THE HIGH LINE PARK . --BY ARKRIT--

  • Foto del escritor: Archi. Draft
    Archi. Draft
  • 15 ago 2018
  • 9 Min. de lectura

En esta segunda entrega sobre las transformaciones en marcha en Nueva York, Kosme de Barañano se centra en la obra que desencadenó a principios del siglo XXI una de las más profundas transformaciones de la ciudad: el parque High Line.


High Line: Sobre todo jardín

En 1999, la ciudad se preparó para firmar la demolición de una línea de ferrocarril de carga, la llamada High Line, que estaba elevada sobre la calle y en desuso, y que se extendía desde la calle Gansevoort es decir, un poco más abajo de la calle 14, hacia el norte, hasta los patios y cocheras de trenes de la calle 34, a través de los barrios de Chelsea y West Village.



El actualmente llamado High Line Park es la consecuencia de la voluntad férrea de dos ciudadanos normales pero determinados en no perder calidad de vida en su barrio: Robert Hammond, un consultor de start-ups de internet, y Joshua David, un escritor de viajes. Tras conocerse en una reunión de la junta del distrito en ese año de 1999, decidieron luchar con los funcionarios municipales que planeaban derribar aquella estructura ferroviaria abandonada. En 2003, la asociación formado por ellos, The Friends of the High Line, estimuló el interés de la comunidad por el potencial del viaducto mediante el patrocinio de un concurso de ideas que se celebró en 2004. Los ganadores fueron los arquitectos paisajistas y diseñadores urbanos James Corner Field Operations y el estudio de los tres socios Diller, Scofidio + Renfro Architects.



Corner se convirtió en el líder del proyecto y junto con los arquitectos paisajistas Hammond y David no solo salvaron el emblemático armazón de acero de los años 30, sino que también guiaron su transformación hacia un nuevo y revolucionario tipo de jardín o parque lineal: una pasarela y un retiro verde en una ciudad bulliciosa que es gratis para que todos disfruten. Así un pedazo de infraestructura de la industria del ferrocarril es rehabilitado y cambiado de función; un ejemplo de ese nacimiento, vida, muerte y renacimiento de las cosas en las ciudades dinámicas.



En 2009 se abrió al público la primera sección, más al sur, junto a lo que hoy es el Whitney Museum. La tercera y última fase lo hizo a finales de 2014, siendo la más atractiva ya que rodea Hudson Yards, que ofrece vistas panorámicas sobre el río Hudson.




Un revolucionario espacio público y un proyecto de revitalización urbana, la High Line es una avenida elevada de plantas, que serpentea por encima, a nueve metros de altura. Un ferrocarril elevado en desuso de dos kilómetros y medio, a través de lo que una vez fue un triste y sucio distrito de mataderos y carnicerías, en el lado oeste de Manhattan, ahora es un paseo urbano ricamente plantado. Este parque lineal y elevado se ha convertido en un gran éxito entre los lugareños y los turistas, en uno de los parques urbanos más importantes, en uno de los destinos más queridos y visitados de Nueva York. Con más de cuatro millones de visitantes al año, la High Line ya ha estimulado más 5 mil millones dólares en nuevos desarrollos a lo largo de su trazado ayudando al barrio de Chelsea y al Meatpack a convertirse en uno de los barrios de moda de la ciudad. Con el nuevo Whitney Museum, construido a la  entrada más al sur de High Line en 2015, los amigos de las artes pueden recorrer la nueva costa cultural desde la calle 14 en Chelsea, a través del distrito de galerías más denso de la ciudad, hasta los Hudson Yards. El "parque público transformador" es un park in the sky que ha reformado las percepciones globales del espacio urbano.



Mucho se ha escrito en las revistas de Arquitectura sobre este parque, y sobre sus arquitectos, pero apenas sobre una de las figuras más importantes en su desarrollo: el jardinero holandés Piet Oudolf(1944 Haarlem, Holanda). Asimismo es autor del Queen Elizabeth Park en el Olympic Site de Londres.



En todos los libros escritos sobre la High Line apenas se ha hablado de Oudolf, una persona importante en la estética y en la conservación del mismo. Una herida en la ciudad de la época industrial, del transporte, se convierte en una cicatriz ecológica, en un jardín elevado, un espacio verde sobre una infraestructura sobrante. Comenzando en el extremo sur, donde los escalones al lado del Museo Whitney llevan a los visitantes a la altura de dos plantas, lentamente se abre camino a lo largo de esta ruta  un delicado equilibrio entre varias especies de plantas, aunque nueve años es poco para cualquier tipo de ecosistema estable.


Algunas partes de High Line tienen árboles que, a pesar del substrato poco profundo (45-90 cm de profundidad) han florecido, y al hacerlo, hacen que la vida sea cada vez más difícil para las plantas que se encuentran debajo. La plantación original ha permitido un rápido crecimiento, utilizando especies como la hierba ornamental de bajo crecimiento (sesleria autumnalis) que son tolerantes alsol o a la sombra ligera.


Oudolf no sólo conoce y aprecia las cualidades hortícolas de las plantas, sino que también valora sus características estructurales. Las ha combinado para complementarse entre sí, no solo durante la temporada de crecimiento, sino más tarde, cuando sus tallos secos y cabezas de semillas se dejan para alimentar la vida silvestre. La visión de Oudolf es dejar las plantas en su estado natural durante todo el año, en lugar de recortarlas cuando comienza el frío. Durante el invierno la ausencia de follaje revela formas y texturas que no son tan visibles en otras épocas del año. Observó la forma en que las plantas se comportaban a lo largo de su ciclo de crecimiento y estaba tan interesado en cómo se veían cuando estaban muriendo como cuando estaban floreciendo. Ha estudiado las plantas silvestres, particularmente de esta región. Oudolf  ha transformado el paisaje de un jardín en color y textura a lo largo de las cuatro estaciones.



Para Oudolf la jardinería es una negociación constante entre libertad y control. Por un lado, tenemos los setos recortados, las hileras de  plantas bajas cuidadosamente alineadas, y  por otro  las colecciones de plantas raras cuidadosamente catalogadas y conservadas. El parque aéreo viene caracterizado por un entretejido mucho mayor de plantas, una singular asociación de plantas y patrones encontrados en la naturaleza: lo que se ha llamado estilo entremezclado. Oudolf haya hecho más que nadie en los últimos años para redefinir lo que se considera el naturalismo en la plantación, en la jardinería. Por ello algunos han llamado a Oudolf un colorista orquestal, como el músico impresionista Claude Debussy, en cuya obra es importante el impacto de cosa pequeñas, por ejemplo, el impacto en la textura de la orquesta, al introducir algunas notas con el fagot.



Este artículo fue originalmente publicado como 'REFLEXIONES sobre los CAMBIOS en la CIUDAD de NY. 2/4' el 8 de marzo del 2018 en el blog de ARKRIT, Grupo de Investigación perteneciente al Departamento de Proyectos Arquitectónicos de la ETSAM de Madrid que se dedica al desarrollo de la crítica arquitectónica entendida como fundamento metodológico del proyecto.




---------------------------------------------------------------------------------


In this second installment on the transformations under way in New York, Kosme de Barañano focuses on the work that unleashed at the beginning of the 21st century one of the most profound transformations of the city: the High Line park.

 

High Line: Mostly garden

In 1999, the city prepared to sign the demolition of a freight rail line, the so-called High Line, which was elevated above the street and in disuse, and which extended from Gansevoort street ie a little further down 14th Street, to the north, to the patios and train depots on 34th Street, through the Chelsea and West Village neighborhoods.


 The current so-called High Line Park is the consequence of the iron will of two normal citizens but determined not to lose quality of life in their neighborhood: Robert Hammond, an Internet start-up consultant, and Joshua David, a travel writer. After meeting at a meeting of the district board in that year of 1999, they decided to fight with the municipal officials who planned to tear down that abandoned railway structure. In 2003, the association formed by them, The Friends of the High Line, stimulated the community's interest in the potential of the viaduct by sponsoring an ideas competition that was held in 2004. The winners were the landscape architects and urban designers James Corner Field Operations and the study of the three partners Diller, Scofidio + Renfro Architects.

 

Corner became the project leader and together with landscape architects Hammond and David not only saved the iconic steel frame of the 30s, but also guided its transformation into a new and revolutionary type of garden or linear park: a walkway and a green retreat in a bustling city that is free for all to enjoy. Thus a piece of infrastructure of the railway industry is rehabilitated and changed function; an example of that birth, life, death and rebirth of things in dynamic cities.

In 2009 the first section was opened to the public, further south, next to what is now the Whitney Museum. The third and final phase was at the end of 2014, being the most attractive as it surrounds Hudson Yards, which offers panoramic views over the Hudson River.


A revolutionary public space and an urban revitalization project, the High Line is an elevated avenue of plants, which meanders above, nine meters high. A disused two-and-a-half-mile railroad, through what was once a sad and filthy district of slaughterhouses and butcher shops on the west side of Manhattan, is now a richly planted urban promenade. This linear and elevated park has become a great success among locals and tourists, in one of the most important urban parks, in one of the most loved and visited destinations in New York. With more than four million visitors a year, the High Line has already stimulated more than $ 5 billion in new developments along its route helping the Chelsea neighborhood and the Meatpack to become one of the city's fashionable neighborhoods . With the new Whitney Museum, built at the southernmost entrance of the High Line in 2015, friends of the arts can tour the new cultural coast from 14th Street in Chelsea, through the densest gallery district in the city, to the Hudson Yards. The "transforming public park" is a park in the sky that has reformed the global perceptions of urban space.


 Much has been written in the architecture magazines about this park, and about its architects, but only about one of the most important figures in its development: the Dutch gardener Piet Oudolf (1944 Haarlem, Holland). He is also the author of Queen Elizabeth Park at the Olympic Site in London.


 In all the books written about the High Line there has hardly been talk of Oudolf, an important person in aesthetics and in its conservation. A wound in the city of the industrial age, of the transport, becomes an ecological scar, in a raised garden, a green space on a surplus infrastructure. Starting at the south end, where the steps next to the Whitney Museum take visitors up to two stories, a delicate balance between various plant species slowly opens up along this route, although nine years is little to any type of stable ecosystem.


Some parts of the High Line have trees that, despite the shallow substrate (45-90 cm deep), have flourished, and in doing so, make life increasingly difficult for the plants below. The original plantation has allowed a rapid growth, using species such as ornamental grass of low growth (sesleria autumnalis) that are tolerant to the sun or light shade.


 Oudolf not only knows and appreciates the horticultural qualities of plants, but also values ​​their structural characteristics. It has combined them to complement each other, not only during the growing season, but later, when their dried stems and seed heads are left to feed the wildlife. Oudolf's vision is to leave the plants in their natural state throughout the year, instead of cutting them when the cold starts. During the winter the absence of foliage reveals forms and textures that are not so visible at other times of the year. He observed the way the plants behaved throughout their growth cycle and was as interested in how they looked when they were dying as when they were blooming. He has studied wild plants, particularly from this region. Oudolf has transformed the landscape of a garden in color and texture throughout the four seasons.


 For Oudolf, gardening is a constant negotiation between freedom and control. On the one hand, we have the trimmed hedges, the rows of carefully arranged lower floors, and on the other the collections of rare plants carefully cataloged and conserved. The air park is characterized by a much greater interweaving of plants, a unique association of plants and patterns found in nature: what has been called intermingled style. Oudolf has done more than anyone in recent years to redefine what is considered naturalism in the plantation, in gardening. For this reason some have called Oudolf an orchestral colorist, like the impressionist musician Claude Debussy, in whose work the impact of small things is important, for example, the impact on the texture of the orchestra, when introducing some notes with the bassoon.



This article was originally published as' REFLECTIONS on CHANGES in the CITY of NY. 2/4 'on March 8, 2018 in the blog of ARKRIT, Research Group belonging to the Department of Architectural Projects of the ETSAM of Madrid that is dedicated to the development of architectural criticism understood as the methodological foundation of the project.



 
 
 

Komentar


bottom of page